ANTECEDENTES
Los Libros Rojos Regionales constituyen un instrumento indispensable para la planificación estratégica de la conservación y uso de la biodiversidad en distintos ámbitos. Por un lado, ponen en relieve el conocimiento actual de la flora, en términos de riqueza de especies, composición taxonómica y endemismos, así sitúan una Región determinada en relación a las demás del país, información indispensable en cuanto al desarrollo de políticas de la conservación a nivel nacional. Dicho objetivo de los Libros Rojos Regionales es particularmente importante en Chile donde, todavía no existe una obra florística moderna completa del país. Por otra parte, la confección de una base de datos de las colectas albergadas en las instituciones botánicas del país permite detectar el grado de exploración de la Región, y donde la comunidad científica debe poner más esfuerzos en el futuro para mejorar dicho conocimiento. Ejemplo de estos son los libro rojos de la Región de Coquimbo (Squeo et al. 2001) y de O’Higgins (Serey et al. 2007). En lo legal, en la actualidad esta operando el Reglamento para la Clasificación de Especies (DS 75 de 2005, Ministerio Secretaria General de la Presidencia de la República), que establece las disposiciones que rigen el procedimiento para la clasificación de especies de flora y fauna silvestres en las distintas categorías de conservación a que alude el artículo 37 de la ley Nº 19.300, sobre Bases Generales del Medio Ambiente.
Uno de los resultados de este estudio indica que, de las 980 especies de plantas nativas presentes en la región de Atacama, el 9,6% de la especies de la Región se encuentra en las categorías En Peligro (EP) o Vulnerable (VU). El porcentaje de especies con problemas de conservación aumenta a cerca del 27% si se incluye a las especies Insuficientemente Conocidas de las subcategoría potencialmente Extintas, En Peligro o Vulnerable. Nos resulta preocupante que tantas especies de una Región del país caracterizada por escasa actividad humana, y zonas urbanizadas de mediano tamaño ya se encuentran en estas categorías de conservación, sobre todo teniendo en cuenta la falta de unidades del SNASPE en esta Región. Uno de los compromisos del proyecto, es entregar toda la información recopilada al Comité de Clasificación de Especies, instancia técnica que define las categorías de conservación que se aplican a la flora y fauna nativa de Chile, y que es coordinada por la CONAMA (ver www.conama.cl/clasificacionespecies/). En particular, aquella referida a las especies endémicas de la Región de Atacama.
En 1992, Chile suscribió el Convenio sobre Diversidad Biológica (CDB) de las Naciones Unidas, ratificándolo como Ley de la República en 1994. Producto del anterior, se elaboró la Estrategia y Plan de Acción para la Biodiversidad (EPAB) para conciliar los objetivos del CDB con el uso actual de los recursos biológicos y las metas de desarrollo social y económico del país. Este EPAB plantea establecer un nivel adecuado de protección para la totalidad de los ecosistemas relevantes del país. El resultado del mismo es la consolidación de un sistema de áreas silvestres protegidas públicas y privadas que aseguren a las generaciones futuras el resguardo de su patrimonio natural y el aprovechamiento racional de sus recursos (CONAMA 2005). Una etapa esencial en este proceso es sobreponer la información de la riqueza de especies, número de endemismos y especies con problemas de conservación para cada ecosistema, objetivo que se logró plenamente en la presente publicación. La inclusión de la información sobre la biodiversidad al nivel de las especies, además de apuntar más nítidamente a las áreas prioritarias de conservación en cada ecosistema, es muy útil para guiar el establecimiento de jardines botánicos en las ciudades de la Región, y para incentivar acciones de conservación en las matrices semi-naturales manejadas fuera de las áreas protegidas y en los proyectos de desarrollo turístico, particularmente en la zona costera.
Finalmente, hoy día se hace indispensable desarrollar instrumentos confiables de las tasas de transformación, direcciones de cambio y sus determinantes sociales y económicos. Esta información se puede integrar en modelos predictivos de las tendencias futuras bajo diferentes “escenarios” de cambio global (incluyendo el cambio climático) y socio-económico. Los modelos son elementos claves para proponer acciones adaptativas que maximicen los beneficios ambientales y sociales ante un ambiente cambiante. Asimismo, acciones de conservación de la biodiversidad deben incorporarse en la planificación de proyectos de inversión. En estas situaciones, iniciativas económicas y proyectos de desarrollo basados en las condiciones actuales, que ignoran la complejidad de los sistemas acoplados ecológico-sociales, enfrentan grandes incertidumbres y corren el riesgo de fracasar en el mediano plazo. Un aspecto fundamental para llegar a esta etapa es contar con una línea de base sólida de las áreas de distribución geográfica de cada especie y sus requerimientos climáticos. Es de esperar que las bases de datos florísticas que se desarrolló para efectuar los múltiples análisis presentados en Libro Rojo de la Flora de la Región de Atacama contribuyan también a lograr estos últimos objetivos.
OBJETIVOS
Objetivo General
El objetivo general de este proyecto es generar información suficiente que permita clasificar la situación de la flora silvestre de la Región de Atacama, de acuerdo a las categorías y criterios de clasificación de especies definidas en el DS N°75 de 2005 o Reglamento para la Clasificación de Especies.
Objetivos Específicos
Para cumplir el objetivo general se consideran los siguientes objetivos específicos:
1. Actualización de la Base de datos de la flora de la Región de Atacama, incorporando nuevos registros georreferenciados de herbarios, literatura, bases de datos de vegetación, y de nuevas campañas de terreno.
2. Realizar un muestreo dirigido a aquellas áreas con baja densidad de colectas.
3. Mejorar el conocimiento de la flora del actual SNASPE regional, a través de colectas dirigidas.
4. Aplicar la metodología más adecuada y eficiente posible que permita establecer el estado de conservación de la flora silvestre regional, la que debe ser consistente con los criterios y categorías que ha establecido el Reglamento para la Clasificación de Especies (Decreto Supremo Nº 75/2005, del Ministerio Secretaría General de la Presidencia, SEGPRES).
5. Aplicar la metodología más adecuada y eficiente para establecer y priorizar los sitios relevantes para la conservación de la diversidad vegetal y ecosistemas relevantes de la región que complementen los Sitios Prioritarios ya definidos, aprovechando, a la vez, para enriquecer la información de éstos.
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